O CAMIÑO PORTUGUES DE FX+A - ETAPA 4ª
23/08/15. Antes de nada permitidme que os cuente cómo acabó la jornada de ayer. Después de la habitual rutina de llegada (ducha, comilona y siesta), el hospedero nos acompañó hasta el rehabilitado lavadero municipal en cuyas aguas termales introdujimos nuestras piernas durante una media hora junto a un grupo de peregrinos. Luego nos dedicamos a recorrer la villa. Caldas de Reis, fundada por los romanos (aquae celenis), es un lugar muy recomendable para aquellos a quienes gusten los balnearios. El lugar, entre ríos, es un bello paraje y lo que es el pueblo está bastante bien a pesar del habitual desorden urbanístico gallego (a los responsables de las gerencias de urbanismo de los 60, 70 y 80, habría que haberlos fusilado con mierda).
Caldas de Reis - A Escravitude. 24,6 kms.
A las 07.30h dejamos atrás Caldas a través de su puente romano y tomamos la Via XIX. Tenemos 12° y una probabilidad de lluvia del 50 por ciento, que se concretará un par de horas más tarde. La Galicia eterna está dispuesta a mostrarnos el por qué de su leyenda en esta etapa. Nos amanece cruzando un valle brumoso entre maizales. A medida que se estrecha y empezamos a subir por el monte, los pocos rayos de sol que logran filtrarse entre el amenazador cielo gris, iluminan un bosque con una variedad de arbolado extraordinaria: robles, encinas, pinos, eucaliptos, castaños y otros más que no reconozco. La gama de verdes es completa y hay magia en el ambiente. Sólo se escuchan constantes rumores de agua hasta que de repente empieza a llover. El hechizo se rompe cuando Javier se cubre con un poncho de color rosa que dice haber comprado en un chino por € 0,75. Según acabo de leer en una noticia de alcance de La Voz de Galicia (edición digital), el cónsul Antonino que anduvo por estas tierras en el S III, se ha removido en su tumba, se ha personado en un cuartelillo de la Guardia Civil y ha ordenado que arresten a ese legionario rosa que transita por su Via XIX y le envíen a galeras. Meigas no se si hay pero espíritus romanos haylos.
Cuando llegamos a Padrón está lloviendo con egoísmo. Los hermanos Alonso están tan lozanos como esos pimientos que han hecho famoso este lugar. Yo también estoy como esos pimientos pero una vez salidos de la parrilla. La lluvia arrecia y por fin, a 20 kms. de Santiago encontramos un hotel rural (€ 20) que nos acoge. No pude hacer pis hasta después de ducharme con agua caliente porque estaba tan mojado y arrugado que no me la encontraba. Ahora, ya recompuestos, nos vamos a un bar a ver como el Madrid inicia la Liga. Cada momento tiene su afán. Mañana acabamos.