OTRA VEZ (Y VAN...)
Cuando vuestro Cronista se desplaza a la "Delegación Sur de La Cosa", casi siempre queda desamparado del somatén, y ha de acometer en solitario las rutas de este entorno. Las hay, y muchas y, desde luego, la masificación nada tiene que ver con la de otros pagos. Alguna vez, especialmente en los períodos vacacionales para el común, me encuentro con algún colega andarín (andarinas escasas, aunque haylas) y muchos, como yo. en solitario.
Ya he comentado varias veces que por aquí (me refiero a Málaga, Cádiz y Granada, aunque mis rutas suelen ser en la mayoría por la primera), las montañas suelen ser bastante escarpadas, y a nada que camines, los desniveles no bajan de los 600 m, superando fácilmente los 1.000.
Los calores que hemos soportado junto con la notable humedad ambiental, desaconsejaban cualquier ascensión. Ayer, por fin, con condiciones meteorológicas más suaves, decidí subir al Cerro del Moro (961), que domina Benalmádena. Se ubica en la denominada Sierra de Don Pedro y, aunque es ligeramente más bajo que el Castillejo (972) que es su vértice culminante, se distingue perfectamente desde cualquier punto en muchos km a la redonda por estar plagado con varias decenas de antenas de telecomunicaciones.
Ya casi he perdido la cuenta de las veces que he subido allí, por todos los caminos posibles. Ayer decidí abordarlo por otro derrotero, obviando los senderos e intentando remontar el barranco seco del Arroyo Cañitos (o de los Siete Pinos).
Tras cruzar la A-7 por un túnel hidrográfico, hay que seguir recto, haciendo caso omiso de las marcas de sendero. En 15' se llega a un abrevadero para animales alimentado por un tubo negro que nos ha acompañado a la vera del camino, la senda abandona el cauce principal, desviándose por otro pequeño barranco, por el que he transitado también varias veces.
Pero esta vez decidì seguir el cauce principal por el que parecía discurrir una prometedora senda. Lamentablemente unos centenares de metros más adelante la "senda" se torna trocha y acaba desapareciendo. Hay que progresar buscando el mejor paso entre la maleza tratando de seguir el fondo de la barranquera porque las laderas no son nada fáciles tampoco. Tras emplear tres cuartos de hora para recorrer 800 m, no tuve más remedio que abandonar el cauce y ascender por la loma, que era más practicable, aunque la maleza era muy frondosa. Los afloramientos calcáreos, abundantes, me ayudaron en algún momento, a pesar de lo cual y de ser una vía mucho más directa que la de los senderos para llegar al dichoso cerro y sus antenas, me llevó una hora y veinte recorrer 1,1 km salvando un desnivel de 310 m hasta alcanzar la senda que viene desde el Tajo de la Sabia. Ya seguí el ascenso (estaba a menos de 500 m de mi objetivo).
Tras un breve descanso y una somera colación, emprendí el descenso (ya pasaban de las diez y había empezado a caminar a las siete y veinte, esta vez por camino "humano" (y conocido).
Lo que se llama complicarse la vida inutilmente..... Enjoy !!!
Gracias por comentar, JFL, pero tú sabes y compartes los mismos principios: para qué vamos a caer en los mismos errores que antes cayeron otros habiendo tantos nuevos en los que caer? Si no exploras no aprendes y la montaña requiere aprendizaje continuo
Graham Bell dijo: Nunca andes por el camino trazado, pues él te conduce únicamente hacia donde los otros fueron
Great comments !!!