Fue una ruta con compañeros vascos de trabajo del Cronista, y nos desplazamos hasta el P.N, de Valderejo, en la raya entre Burgos y Álava, lo que entonces no nos suponía gran esfuerzo pues cuando empezaban a apretar los calores huíamos de las regiones centrales y solíamos, haciendo ida y vuelta en el día, desplazarnos a tierras más al norte, especialmente burgalesas, donde hay bellos y solitarios parajes. En alguna ocasión, hemos aprovechado y al acabar la ruta por los Montes de la Peña nos hemos ido a dar un baño a Muskiz, en el Cantábrico, cenando de regreso en Milagros (BU).
Otras veces, en cambio hemos hecho noche en tienda de campaña, en las cercanías de Castro Valnera, bajando a cenar a Santander y regresando a la mañana siguiente, desayunando unos exquisitos sobaos recién hechos en Espinosa de los Monteros.
¡Qué tiempos!

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