Tengo que pedir disculpas a la "leencia" (1), porque ayer regresamos muy tarde de nuestra singladura por la Muela de la Madera, después de unos CHF de calidad dudosa en Valdecabras, e hice renuncio de mi obligación de glosar el periplo de nuestro RFR. Hoy, por consiguiente, se narran los lances de ayer y hoy.
Ayer, nuestro amigo empleó 6 horas en recorrer los 25,5 km que median entre Pereje y O Cebreiro. Comenzó de buena hora (06:30) sin que la ropa del día anterior se hubiera secado completamente. La, aún, noche es negra azabache, y RFR le saca buen partido a la linterna que compró en Ponferrada. A hora y media de camino encuentra al mexicano que anoche les dejó preocupados porque no llegó al albergue. Al parecer se perdió en el monte (haría un buen edutoursiano) y estuvo caminando diez horas. Se asustó cuando al atravesar una aldea, salió una vieja a su encuentro y, entre graznidos de grajos le espetó: "Camina de día porque la noche me pertenece". Aún en El Bierzo, los "galleguistas" ya están cambiando los letreros en castellano. Así La Herrería es ahora A Ferrería. A partir de ese pueblo, la subida hasta O Cebreiro es dura pero dentro de bosques tan tupidos que cuesta ver el cielo. Seguro que por aquí habitan meigas. Fuera ya del bosque y alcanzando las cumbres, el paisaje es fantástico, con las nubes bajo los caminantes.
Tanto aceleró el paso que llega al albergue antes de que lo abran, empapado por fuera y por dentro. La espera le enfría y lo pasa mal hasta que, por fin, puede darse una ducha caliente.
A la comida se unen una irlandesa deliciosa (sic) y un "nini" veinteañero que está lamiéndose las heridas de un desengaño amoroso. Relata que no habla con su familia desde hace un mes, pero que saben que está bien porque saca dinero de su cuenta bancaria. Nuestro RFR le aconseja:
- Sé revolucionario, llama a tu madre y dile que la quieres
- Noooo, le responde el afligido
- Pues anda con cuidado porque puede ocurrir que cuando te decidas a hacerlo sea ya demasiado tarde.
El mocito se le queda mirando con expresión de vaca que ve pasar el tren.
Cuando nos reporta estas "historias", O Cebreiro está sumido en una espesa niebla: es la bienvenida de la Galicia profunda, nos dice RFR que ya está preparado para oír y disfrutar el mejor y más dulce acento gallego. En la etapa siguiente irá a Samos (2), a dormir con los monjes, pero antes disfrutará de buen pulpo, tambores y gaitas.
Hoy RFR ha salido a las 6 en punto para ir desde O Cebreiro a Samos (31,5 km y ocho horas y cuarto). El camino es un carril embarrado y lleno de charcos. Cuando el alba se manifiesta, apaga la linterna y observa que todo a su alrededor está envuelto por la bruma. Está atravesando un tupido bosque y los árboles se ven difuminados con tonos grises y azulados. El aroma es mezcla de muchos otros y la lluvia no deja de azotarle la cara. Pone todos sus sentidos alerta, no vaya -piensa- a perderse las sensaciones que experimenta. ¿Será que la vieja que asustó la otra noche al mexicano se ha transmutado en meiga y ahora le acompaña? En lugares como este, sigue elucubrando, debían acontecer los aquelarres que dieron lugar a los autos de fe inquisitoriales. ¡Tiempos pretéritos!, se lamenta. Sigue hacia el Alto de Poio, pero antes de alcanzarlo, le sale al paso la aldeana de la foto 3 e invita a nuestro amigo y a su compañero Cristóbal a ver sus vaquiñas. Les ofrece una filloa y les pide un donativo a cambio. RFR le da un leuro de vellón y la aldeana se pone muy contenta. Nuestro amigo aún más porque la filloa -nos dice- está de muerteabuela. Sigue lloviendo. Le vienen recuerdos de hace cuatro años cuando hizo ese mismo recorrido con su hijo Dani. Por fin, el Monasterio de Samos, y se dispone a escuchar un concierto de canto gregoriano que ofrecen los monjes benedictinos.

(1) neologismo que acabo de crear: si audiencia es el conjunto de los que oyen, leencia será de quienes leen.
(2) En el Monasterio de San Julián de Samos se encontraban las partidas bautismales de los ancestros de este Cronista, originarios de estas bellísimas tierras. En un incendio acaecido en 1951, estos documentos, junto con casi la mitad de su magnífica biblioteca, fueron pasto de las llamas.

CHF Siempre Ricos

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