La Chanson de Roland es un poema épico que el cronista aprendió de chiquito (hace muchos, muchos lustros), que narra la epopeya de Rolando (o Roldán), lugarteniente y sobrino de Carlomagno que fue emboscado por los cabreados vascones entre Roncesvalles y Burguete, cuando, después de saquear Pamplona (a donde había acudido al parecer para liberarla de los sarracenos), regresaba a sus tierras francas.
El bravo Roldán, según la leyenda, se resiste a usar su olifante (cuerno de caza) para pedir auxilio al cuerpo de ejército que le precede. Cuando al fin se ve perdido, lo toca con tal fuerza que le estallan las sienes. Para que su espada (Durandart)no caiga en manos del enemigo (que la leyenda transforma de vascón en sarraceno) intenta romperla contra una piedra con tal fuerza que ésta se parte.
Bien, pues no tengo claro si la tal brecha es por donde se coló Rolando, o fue el legendario fruto de su ímpetu espadachín. Tampoco como llegó desde Roncesvalles (Navarra), donde al parecer le emboscaron, hasta la Brecha (Ordesa), a 111 km. en línea recta; pero en los poemas épicos, pueden ocurrir estas cosas...
En cualquier caso, parece que se nos propone conquistar la tal Brecha, pie tras pie en honrosa caminata a la que este Cronista intentará sumarse, uno de los findes de la segunda quincena de Junio.
Apostillando a mi compañera SCubeiro, tengo que significar que no sólo somos navegantes por surcar la red sino, muy principalmente por hacerlo por procelosas y frondosas fragas y quebradas.
¡Que paséis unos felices y montañeros días! El Cronista es posible que, por tierras malagueñas, explore una ruta alternativa para alcanzar el valle interior del célebre Caminito del Rey, cuyos accesos están cortados, además de prohibidos a causa de los numerosos accidentes mortales ocurridos en años recientes por el mal estado de los mismos.

CHF Siempre Ricos

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