La noche del domingo 7, Antonio, nuestro corresponsal en Pradosegar, llamó para decirnos que "esto está muy mal, ha empezado a nevar abajo, la Serrota, ni se ve", "asinque" cambiamos de planes, y pergeñamos una ruta por nuestros queridos Carpetanos, que tanta felicidad nos han proprcionado durante el invierno pasado. Pero tampoco pudo ser, pues desde primera hora estaban sumidos entre nubes, así que, al final nos metimos en un valle: el del río Pirón (pensábamos ver su nacimiento, junto al Pico Negro y acabamos recorriendo su valle y las juntas con su hermano el Viejo). Una ruta de puro senderismo, trufada con un asado que nos atizamos en Peñasrubias de Pirón.
La intendencia del regreso corrió a cargo de nuestra Virgen, que siempre provee (en esta ocasión un 4x4 que condujo encarnada en amable mesonera). La próxima incursión toca procesión.
Si la meteo no lo complica, la próxima volveremos, tercamente, a las fuentes del Pirón y del Viejo, ¡qué coño!

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