Hoy he vuelto a pasar por aquél camino verde, que por el valle se pierde (el camino, porque este cura, no, tantas son las veces que lo he pateado ya). He vuelto a subir para terminar lo que el otro día no acabé: hacer cumbre en el Castillejo y saludar al vigilante que otea, sentado en un sillón giratorio con ruedas (de esos que se denominan de dirección) que hasta allí de ha subido el tío que, además está bajo palio (por aquello de la caló): 9,3 km, tranquilitos (5h45 con sus paradas) y un desnivel de 800 m. Cuando subía, "Jozú, con toa la caló" me ha adelantado un runner, dejándome más tirado que una colilla (en lo que a la autoestima se refiere), pero me he consolado pensando que le doblaba prácticamente la edad (¡a ver cómo tiene él la rodilla cuando llegue casi a la setentena como yo con tanto correr!).
Arriba he auxiliado a una inglesa que venía de Mijas (entiéndase que el auxilio ha sido informativo sobre the best and shortest trail to reach Benalmádena, es que ya he dado nombre a casi todas las piedras de este camino), ofreciéndole uno de mis bastones, que ha rechazado. En teoría íbamos a bajar juntos, pero mientras ella subía a las antenas to eat something, este cura se ha pirao hasta el Castillejo, y cuando culminaba la he visto deambular por donde habíamos charlado. Como no me ha visto en las alturas, ha seguido mis indicaciones para bajar, según me ha confirmado otro menda que subía rápido cuando yo descendía. Es la primera vez que veo gentes por esta Sierra de Don Pedro.