¿SOY/SOMOS UN/OS ANCIANO/S?

Hoy mismo, cuando subía, de buena hora (antes de las 8 ya estaba caminando) desde Benalmádena hacia el Castillejo (más exactamente a la Hoya del Moro y las antenas instaladas en el cerro homónimo), en solitario y bajo el naciente sol que auguraba un día canicular, me hacía esta pregunta.
En los varios miles de km recorridos por nuestros montes y montañas (más de 7.000 en la última veintena de años) tanto por sendas como trochas o veredas (y muchas veces ni eso), siempre he tenido bien presente la posibilidad de sufrir un accidente. De hecho ya hemos tenido en Edutours alguno, aunque nunca grave (todo lo más alguna fractura), y sólo en una única ocasión (el hecho ya fue objeto de una entradilla en este mismo blog: ¡Ay Federico García...! el 26/08/09) nos rescataron, y ello debido a un malentendido por parte de quien recibió nuestra petición de ayuda.
Sin embargo, un mal paso, un simple tropezón o un resbalón desafortunado, que en el entorno urbano no tiene mayor importancia, puede devenir en un contratiempo, grave incluso, si es en montaña, por mucho que pongamos toda la atención y cuidado que nuestros sentido común y experiencia nos aconsejan.
Si tal cosa ocurriera, y fuera necesario un rescate (especialmente si caminamos solos), imagino los titulares de la noticia: "Anciano que practicaba el senderismo / alpinismo es rescatado por Protección Civil / Bomberos / Sereim (quien corresponda)". En periodismo, ya se sabe, los titulares han de tener impacto.
¿A qué edad se es anciano? Hace un par de años, después de bajar del Urbión en invierno (crampones y piolet), ya nos dijo un ventero que "no teníamos edad para hacer esas tonterías", sin tener, además, idea de las dificultades que hubimos de salvar.
Algunos de nosotros, en activo desde luego, en lo que a montaña se refiere, rondamos o incluso sobrepasamos la setentena. ¿Somos por ello ancianos?
Estoy seguro de que muchos "jóvenes" cincuentones, e incluso cuarentones, no podrían seguir probablemente nuestro ritmo. Entonces ¿qué somos? ¿Es que por razón de nuestra edad provecta deberíamos renunciar a subir a nuevas cumbres o volver a pisar algunas de las que hemos hollado anteriormente?
La respuesta en NO. Más que ser hay que sentir, y ni yo ni ninguno de los Senadores nos sentimos ancianos. Por tanto no lo somos. En el Pirineo pueden verse multitud de personas que nos superan en edad, principalmente franceses, pero cada vez mas españoles, lo que significa que este noble deporte está cada vez arraigando más en nuestro país, y no solamente en Aragón, País Vasco o Cataluña, donde tradicionalmente ha existido una cantera de deportistas de relumbre.

Sin pretender compararnos ni mucho menos al extraordinario Carlos Soria, ahí tenemos un buen ejemplo de lo que digo: ¿Alguien honestamente lo calificaría de anciano?
Sigamos, pues a lo nuestro, e ignoremos lo que, quienes siendo además profanos en esta disciplina, puedan decir de nosotros.

Por cierto, en el paseo de hoy, a pesar del agobiante calor he tenido la oportunidad de divisar lejanos horizontes, lo cual es excepcional en esta época del año, y más teniendo en cuenta las condiciones meteorológicas. Desde el Cerro del Moro, especialmente en la bajada, se divisaba Sierra Nevada: ¡a 125 km en línea recta! Todo un regalo para los sentidos (y el sentimiento). Glosando al astronauta Armstrong, se trata de una futesa para los profanos pero una enorme satisfacción para este pobre Cronista.

CHF Siempre Ricos

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4 comentarios sobre “¿SOY/SOMOS UN/OS ANCIANO/S?

  1. Félix (2º más anciano) dice:

    El cuerpo aguanta si lo cuidas y lo mantienes entrenado. Es la mente la que dictamina si eres anciano o no. Si a la mente le ofreces emociones, como las que proporcionan la montaña y los amigos, siempre te dirá que sigas. Consecuentemente, querido druida, tu labor es importante y no puedes dejar de darnos de beber Edutoursiol, ese brebaje que sale de tu marmita y que nos mantiene energéticos y con ganas de reírnos incluso de nosotros mismos. Entre nosotros hemos tenido jovenes de todas las edades.

  2. SQ dice:

    Amigo Puma. Suscribo tu parecer a cerca de los sentimientos y opiniones sobre la juventud y lo que aporta la montaña para no dejarse vencer por la edad y "las arrugas". La entrada de Félix incluye la idea de las emociones que aportan los amigos y la naturaleza. Yo añado otra más: las ganas de emprender. Emprender nuevos proyectos,empresas,aventuras, marchas montañeras...ascensiones con difucultad...en definitiva no ponerse barreras ni límites, no dejarse vencer por el miedo...vivir(desde la piscina)

  3. JFL dice:

    Pumarega, no debes beber tanto en las vacaciones, te da por elucubrar... o es el duro sol malagueño el que te hace desvariar ?? En tu caso la ancianidad llegara por pura molicie cervecera, de pescaito, de playa, etc... Si quieres retrasar su llegada, no tienes más que volver a salir con rigurosa periodicidad, y a ser posible con montaña y desnivel en el menu...

  4. PUMA dice:

    ¡Error DD! El que no salgamos juntos (desafortunadamente9 no significa que no siga asiduamente "montañeando"

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