Para bien organizar
el asunto del yantar
en la nocturna al acabar,
tenemos que anticipar
a nuestro ventero oficial
cuántos serán los comensales
que a la mesa se han de sentar.
Y sólo si las cuentas salen
podremos desayunar.

Quienes vayan a venir
antes del próximo jueves
nos lo tienen que decir.

Es gracia que espera alcanzar
este humilde cronista
de Sus Señorías, cuya vida
guarde Dios muchos años
(y nosotros que lo veamos)

Notificaciones por teléfono al DGC o a este Cronista, o por correo-e a las direcciones consabidas.

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