Conculcando los Sagrados Principios Edoutoursianos (por lo cual este Cronista os pide disculpas con toda humildad, que no humillación, quede claro) hemos estado sin orear nuestras andanzas durante todo un mes, lo que es un hito (pero no montañero) porque es la primera (y deseo que sea la última) vez que acontece tamaño desatino.
Pero todo tiene su explicación: como casi todos sabéis, la compañera del este Cronista tuvo un grave accidente doméstico (para que luego digan algunos que la montaña es un deporte de riesgo...), lo que me ha obligado, y aún me obliga, a permanecer en dique seco, al menos hasta que se valga ella sola.
Teníamos previsto para este fin de semana el ascenso a la Maladeta, del que este relator, obviamente hubo de descolgarse. F2+A, por su parte, debido a una dolencia ocular sobrevenida, por consejo de sus galenos se descolgó a continuación, lo que precipitó que la Ilustre Delegación Edutoursiana ante el Equipo A acabara renunciando en cascada a la Rimaya de la Maladeta, posponiendo las reservas en el refugio de la Escuela de Montaña de Benasque para mejor ocasión.
Esperamos retomar el tono, siquiera menor, con alguna dosis extemporánea de Edutoursiol ® para la que convocaremos a los Socios (y Socias) de esta Afamada Casa de Viajes Privados a Pie y Aventura.