LAS LAGUNILLAS DE LA SIERRA DE MALAGÓN
DATOS TÉCNICOS | Tipo de ruta: travesía | Desnivel neto: 413 m |
Fecha: 07/06/25 | Distancia recorrida: 11,8 km | Desnivel acumulado: 464 m |
Núm. de participantes: 9 | Tiempo empleado: 4h40 min |


En Edutours® siempre damos la bienvenida a quienes se animan a diseñar rutas y no se conforman con seguir los pasos que marcan otros, ora en redes (Wikiloc, Ourdoorsactive, Alltrails, etc.), ora por otros compinches externos o internos a La Cosa. Así saludamos calurosamente la iniciativa de la (otrora) piante Susana, que ya lo intentó en febrero de 2021, en el memorable ascenso al NO Mondalindo. Esta vez, con el concurso inestimable de Fransuá, senador de la Cosa que entre las múltiples disciplinas que domina se encuentra la práctica del GPS y así, crearon un refrito de rutas wikiloqueras que vinieron a proponernos.
Desde la atalaya senatorial, aplaudimos estas iniciativas porque así nos van liberando a los "abueletes sobrados" (que van estando para menos trotes) y toman el relevo generacional, muy importante para la supervivencia de La Cosa y los valores que a lo largo de los años se han ido incorporando a su propia esencia.
Con previsible impuntualidad, aparece la convocante en el punto de encuentro y nos lleva hasta la Fuente de la Hiedra, donde quedan los coches, sólo con la intención de hacernos caminar (por asfalto) casi un kilómetro, trayecto totalmente innecesario, pues hay otro aparcamiento más adelante. Previamente, dado que la ruta es lineal, habían quedado dos automóviles-escoba en El Espinar.
Llegamos hasta el puente que cruza el Arroyo de la Gargantilla, abandonando poco después la pista para ascender hacia Peña Morena, atacando en perpendicular las líneas de nivel. En nuestra progresión hacia el Collado de la Gargantilla, dejamos a manderecha la Fuente de Juan Bellver, origen del arroyo. Poco antes del collado hacemos una breve parada de diez minutos para "la fruta"
Caemos en una amplia pista que asciende suavemente y al cabo de poco más de dos km en los que empleamos treinta y cinco minutos y llegamos a Las Lagunillas, amplia campa salpicada de lagunas donde decenas de vacas, algunas dentro del agua pastan a sus anchas tranquilamente. En un principio, parte del somatén es remiso a acercarse a los bovinos, no vaya a ser... espoleados quizá por Carlos que no parece demasiado dispuesto a acercarse a ellos, aunque finalmente, todos dejan la pista y se acercan más o menos) a los astados.
Tras disfrutar del bucólico entorno. se impone el regreso por el bosque, siguiendo la traza de un sendero, hábilmente localizado gracias al "prodigioso aparato" (¿del Cronista?, no, de Fransuá, y del teléfono de Susana, que maneja con estilo cristinero). Pero antes, a la sombra de los pinos hacemos un alto alimenticio de media hora, sentado el personal en un providencial tronco a modo de banco, dando cuenta de nuestras provisiones de campaña.
Quince minutos y setecientos metros más adelante, tras el Collado de las Lagunillas, comenzamos el pronunciado descenso hacia El Espinar (en 3,4 km perderemos 415 m de cota). A novecientos metros del collado se nos une por la derecha el Camino del Ingeniero, que habíamos cruzado dos veces en la subida, y a las tres menos veinte, cuatro horas y cuarenta minutos después de la salida, llegamos a los coches escoba.
Es digno de reseñarse que durante el descenso, Carlos se empleó a fondo con José Antonio sobre la eventualidad de que alguna de las predecibles garrapatas le hubieran tomado como anfitrión durante el almuerzo, y resultó que quien llevaba al menos una era el propio Carlos, ganándose a pulso su nuevo alias en La Cosa: Garrapateau (pronúnciese "garrapató").
Una vez recompuesto el personal, uno de los coches enfila a Guadarrama (la Organización del Evento ha reservado mesa en Casa Herrero) y Susana lleva al somatén cuyos dos vehículos quedaron en la Fuente de la Hiedra: José Antonio y María José y Puma, constituyéndose en ese punto una caravana con destino Casa Herrero, pero las prisas (también previstas) de la choferesa líder, acaban con los dos restantes automóviles, perdidos en la carretera y abandonados a su suerte, lo que es vehementemente reprobado por el Cronista que se pregunta cómo, sospechando la jugada, dejóse engañar. Finalmente orientados se reúnen los tres afligidos con sus otros seis compañeros para el cehacheefeo de rigor, al que siguió una larga y amena sobremesa en la que, lamentablemente faltaron Susana y Félix que tenían otros compromisos (¿cuántas veces hemos proclamado que no se puede estar repicando y en la procesión?). Cuando se sale a incursionar, hay que prever que el compromiso es de día completo. No fué sino hasta bien entrada la tarde que la cordial tertulia se dió por terminada.
Pese a esos triviales incidentes, la OE (Organización del Evento), fue magnífica en su totalidad, tanto en la planificación y el acierto de la ruta, como en el aspecto manducatorio: De DIEZ.

















